Los océanos son esenciales para el transporte marítimo: en sus aguas se lleva a cabo el 80% del comercio mundial. Todos los años, más de 50,000 buques de carga transportan más de 10,000 millones de toneladas de mercancías vitales, absolutamente necesarias que van desde materias primas, productos básicos y combustible hasta cualquier tipo imaginable de bienes de consumo. Conservar y utilizar sensiblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para un desarrollo sostenible se ha convertido por eso, no sólo en compromiso moral sino en una obligación para la industria naviera.
Como organismo de las Naciones Unidas encargado de elaborar y adoptar medidas para mejorar la seguridad del transporte marítimo internacional y prevenir la contaminación por los buques, la Organización Marítima Internacional (OMI) desempeña una función esencial en la consecución de las metas establecidas en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 de las Naciones Unidas (ODS 14). Junto con SOLAS (International Convention for the Safety of Life at Sea), la normativa que regula a la industria naviera para que se apegue a estándares mínimos con objeto de salvaguardar la vida en el mar, la Convención Internacional para la Prevención de la Contaminación de los Buques/MARPOL es otra convención importante y complementaria para la prevención de la contaminación del medio ambiente marino.
Ambos convenios están considerados como las herramientas más importantes desarrolladas por la (OMI) en lo que se refiere a seguridad y protección ambiental. De hecho, el compromiso de esta organización con el medio ambiente se ve reflejado en el Tema Marítimo Mundial propuesto para 2023: “MARPOL a los 50 – Nuestro compromiso continúa”.
La MARPOL establece normas para el almacenamiento, manipulación, transporte y transferencia de desechos tóxicos. Asimismo, establece normas relativas a la eliminación de residuos peligrosos generados por los buques, como por ejemplo los agentes de limpieza y el agua de lavado de las bodegas de carga. Consta de 20 artículos que contienen obligaciones generales, así como notas de procedimiento y requisitos básicos. Las normas aplicables en la práctica para la prevención de la contaminación del medio marino con respecto a las diversas corrientes de desechos y emisiones de las operaciones de los buques se encuentran contenidas en los Anexos I a VI con sus respectivos apéndices:
Anexo I : Reglamento para la prevención de la contaminación por hidrocarburos (octubre de 1983).
Anexo II : Reglamento para el control de la contaminación por Sustancias Nocivas Líquidas a granel (abril de 1987).
Anexo III : Reglamento para la prevención de la contaminación por sustancias nocivas transportadas por mar en bultos (julio de 1992).
Anexo IV : Reglamento para la prevención de la contaminación por aguas residuales de los buques (Sep 2003).
Anexo V : Reglamento para la prevención de la contaminación por Basuras de los buques (diciembre de 1998).
Anexo VI : Reglamento para la prevención de la contaminación del aire por los buques (mayo de 2005).
Todos sabemos que las buenas intenciones suenan excelente, pero a veces no logran aterrizarse del todo. Ha costado tiempo y trabajo convencer a muchos estados de adherirse a estas convenciones ya que cumplir con las leyes aunque éstas sean para asegurar un desarrollo sostenible, no es la especialidad de muchos. México se sumó apenas en este año a los 16 Estados Miembros de la OMI que forman parte de los Anexos III y IV de la MARPOL.
Nuestro país ha participado en eventos internacionales como el “Primer taller virtual sobre el Proyecto CARES” de la Organización Marítima Internacional” (IMO CARES) y el el seminario web “MEPC 78: Resultados y oportunidades para el transporte marítimo con cero emisiones”, cuyo tema central fue la preservación del medio ambiente marino. Para 2023, la Autoridad Marítima Nacional estará implementando acciones alineadas con el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (ODS) que ofrece un plan compartido para la prosperidad de las personas y el planeta.